Esta receta comenzó como el famoso pan chato de avena fermentada de Nati Kiako. En casa lo preparamos regularmente, pero esta vez a mitad de camino me dieron ganas de tener algo dulce para la merienda, así que en lugar de hacer el tradicional lo reversioné transformándolo en algo mágico para acompañar el mate.

En esta receta vas a encontrar la base tradicional de esta preparación que Nati tiene en su web en mi versión dulce matera. Pero antes de ir a los ingredientes hago aquí un stop, porque se que posiblemente muchos de los que estén leyendo este artículo no consuma gluten, pues en parte de eso se trata este blog. Y es que hace un poco más de un año con mi venida a Perú finalmente conseguí este maravilloso cereal libre de gluten y pude incorporarlo en mi alimentación.
Para el caso de que no tengas o consigas avena, te animo a intentar hacer esta receta con hojuelas de quinua, este será mi próxima incursión, aviso que aún no lo he probado.

INGREDIENTES
- 2 tazas de avena arrollada tradicional sin gluten
- 2 cucharadas de harina (la que quieras, yo usé de camote)
- 1 y 1/2 taza de agua filtrada
- 2 cdas de kefir o vinagre de manzana sin pasteurizar
- 2 manzanas ralladas
- ralladura de 1 o 2 limones (según la intensidad que quieras)
- 1/2 taza de azúcar de coco, mascabo o panela + 3 cdas para la cobertura
- 1 taza de coco rallado + 3 cdas para la cobertura
- 1 pizca de sal de roca
- 1 cdta de bicarbonato de sodio
- 1 puñado de pasas de uva

PROCEDIMIENTO
En un bowl de cerámica o de vidrio mezclamos la avena, la harina, el agua y el vinagre o kefir, hasta formar una pastita. La tapamos y la dejamos fermentar de 12 a 24 hs a temperatura ambiente (es ideal dejar esta preparación reposando toda la noche y retomar el proceso al día siguiente).
Pasado el tiempo de reposo removemos un poco la preparación y le agregamos el resto de los ingredientes: manzanas ralladas, ralladura de limón, coco rallado, las pasas, la pizca de sal y bicarbonato de sodio. Mezclamos hasta integrar bien todos los ingredientes.
Pasamos nuestra mezcla a un recipiente para horno engrasado (yo uso aceite de coco), idealmente que la preparación quede de unos 2 o 3 cm máximo de alto. Esparcimos por arriba la mezcla de coco rallado y panela restante y llevamos a un horno precalentado a 200 grados, cocinamos unos 15 minutos a esta temperatura y luego bajamos el horno a 180 para continuar cocinando, unos 15 a 25 minutos más, hasta que la superficie esté doradita.
¡Listo! Dejamos enfriar un poco, desmoldamos, cortamos en cuadraditos y a disfrutar!
Un comentario Agrega el tuyo