Buscando alternativas a la leche de vaca comencé a incorporar leches vegetales. La primera vez que probé leche de almendras (comprada) no me fascinó, no le encontraba la gracia y además a los dos días había tomado un sabor feo. Pero como todo lo hecho en casa siempre es mejor, decidí probar hacerla yo misma y la diferencia fue tal, que hoy puedo decir que es una de mis bebidas vegetales favoritas.
Me encanta usarla en pastelería, para hacer mis porridges en las mañanas para el desayuno, para sumar a los licuados en primavera y verano, y por qué no para tomarla así sola también.
La clave para obtener una rica leche de almendras y que dure unos cuantos días en la heladera está en la calidad del fruto que compramos. Las almendras tienen que ser lo más frescas posibles, tenemos que comprarlas en un lugar de confianza, y si son orgánicas, mucho mejor. Una almendra en mal estado o vieja puede arruinarnos la preparación y condicionar para siempre esta bebida tan rica.
Vamos a necesitar una licuadora, una bolsa para hacer leches vegetales (se compra en dietéticas), una jarra o recipiente con boca ancha y una botella para guardarla. Con estas cantidades, saldrán de 600 a 800 ml de leche (dependiendo del tamaño de taza que usemos).
Ingredientes:
- 1 taza de almendras
- 3 tazas agua filtrada
- Extracto de vainilla
- 1 pizca de sal rosada o marina
Procedimiento:
- Lo primero que tenemos que hacer es activar las almendras. Este proceso consiste en ponerlas en un frasco y cubrirlas con agua, y dejarlas 8 hs en remojo. Este proceso ayuda a neutralizar los antinutrientes, sustancias que se encuentran en algunos alimentos y que inhiben la absorción o asimilación de los nutrientes en nuestro organismo. Activar los frutos secos provoca que éstos se activen a la vida y potencien sus nutrientes y energía.
- Pasadas las 8 hs., enjuagamos las almendras y las llevamos al vaso de la licuadora. Agregamos las 3 tazas de agua filtrada, la pizca de sal y 1 cdta de extracto de vainilla, y licuamos por 2 o 3 minutos a potencia alta, hasta que las almendras se hayan triturado por completo.
- El siguiente paso es tomar una jarra o recipiente de boca ancha, colocar la bolsa para hacer leches en el borde y volcar el licuado para que se vaya filtrando. Tenemos que “ordeñar” la bolsa hasta sacar el jugo máximo, es lo que le dará el sabor más rico. La pasta que quede (bagazo) la vamos a reservar para aprovechar en alguna otra preparación como galletas o budines.
- Una vez filtrado y exprimido todo, colocamos la leche en una botella con cierre hermético o tapa en la heladera. Si las almendras son frescas, durará de 4 a 5 días, ¡o hasta incluso 1 semana!
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